El rollo de canela es un pan dulce creado en la década de 1920 en Suecia y Dinamarca. Si bien era conocido desde la segunda mitad del siglo XIX, solo era horneado en hogares con suficientes recursos económicos, por el coste de sus ingredientes.
El tamaño puede variar de un lugar a otro y sus medidas fluctúan de 5 a 20 cm. de diámetro, dependiendo del país de procedencia. Es usual que en los países del norte de Europa le adicionen pasas al relleno.
En muchos países los rollos de canela se sirven principalmente en el desayuno, aunque pueden consumirse en cualquier momento del día acompañado de una bebida ´caliente como té, café o chocolate.
Ingredientes:
400 g de harina de fuerza
25 g de levadura fresca
50 ml de agua tibia
100 ml de leche tibia
50 g de mantequilla pomada
1 huevo
4 g de sal
50 g de azúcar
1 cucharadita de vainilla
Para el relleno:
100 g de mantequilla pomada
100 g de azúcar moreno
2 cucharaditas de canela molida
½ cucharadita de nuez moscada
Leche para pintar antes de hornear
Ingredientes para el glaseado (opcional):
½ taza de azúcar glas
3 cucharadas de agua
3 gotas esencia de vainilla
En una jarra mezclar el agua y la leche tibia con el azúcar y la levadura, remover y apartar. Mientras, ponemos en un bol la harina y la sal, revolvemos y hacemos un volcán en el centro.
Agregamos el huevo, la vinilla y los líquidos que habíamos preparado antes.
Revolvemos con cuchara de madera o espátula y amasamos unos cinco minutos.
Añadimos la mantequilla y seguimos amasando otros 10 minutos más. Debe quedar una masa suave y tersa.
Engrasamos un recipiente con aceite y ponemos la masa. La dejamos reposar hasta que doble su tamaño (1 o 2 horas).
Cuando esté lista, llevamos la masa a una superficie enharinada y la estiramos con rodillo hasta formar un rectángulo. La masa no debe quedar muy delgada, unos 6 mm. aproximadamente.
Mezclamos el azúcar con la canela y la nuez moscada.
Pincelamos el rectángulo con la mantequilla pomada o derretida.
Espolvoreamos con la mezcla de azúcar, unifórmenle, dejando un borde libre de relleno para el cierre.
Una vez aplicado el relleno, enrollamos la masa por el lado más largo del rectángulo, iniciando el proceso por el lado opuesto al borde.
Con un cuchillo afilado cortar círculos de 3 – 4 cm de grosor y los colocamos en una tártara engrasada y enharinada dejando una separación entre ellos. Tapar y dejar reposar 1 hora antes de hornear.
Precalentamos el horno a 200°C y una vez que los rollos doblen su volumen, los pincelamos con leche y los horneamos durante unos 15 – 20 minutos o hasta que se vean ligeramente dorados.
Una vez listos, los sacamos del horno y dejamos en enfriar en una rejilla. Si los vamos a glasear mezclamos energéticamente 1/2 taza de azúcar glas con 1 cucharada de agua caliente con una varilla para que quede fino y suave. Bañamos con este glaseado los rollos.