El
brioche es una masa de origen francés, universalmente conocida, que se prepara
de diversas formas, en función del lugar donde se hace y del profesional que lo
elabora. Es una masa flexible, blanda y de tacto suave, cuyos ingredientes principales
son harina de fuerza, leche, azúcar, mantequilla, huevos y levadura. Es el tipo
de bollo dulce que suele tomarse en meriendas o desayunos, solo o untado con
mantequilla o mermelada, o bien relleno con queso, jamón, etc.
Ingredientes:
500 g de
harina de fuerza
100 g de
azúcar
100 g de
mantequilla
25 g de
levadura fresca
120 ml de
leche tibia
2 huevos
Mezclamos
la harina con el azúcar y la sal y hacemos un volcán. En el centro echamos la
leche tibia, la levadura y los huevos batidos, dejando un poco para pintar los panes.
Revolvemos con las manos, amasando bien, agregamos la mantequilla y seguimos
amasando hasta que quede una masa flexible y que no se pegue a las manos (20
minutos aprox.).
Hacemos una bola y la dejamos reposar cubierta, por una hora,
en un lugar seco para que fermente la levadura y doble su tamaño. Pasado ese
tiempo se vuelca la masa sobre la mesa de trabajo y se divide en piezas del peso
requerido para la forma que le quieras dar. Trabaja ligeramente las porciones
hasta formar bolas lisas y uniformes. Esta operación te ayudará a formar mejor
cualquier tipo de pieza.
Engrasamos
una fuente apta para horno y sobre la misma colocamos los panes dejando espacio
entre ellos, ya que al hornear aumentarán de tamaño.
Los pintamos por encima
con el huevo batido con un poco de agua y dejamos reposar otra hora antes de
meter al horno bien caliente por diez minutos. Luego bajamos a 160°C y dejamos
otros 20 minutos, hasta que quede el pan bien dorado. Cuando saquemos el pan
brioche lo dejamos enfriar sobre una rejilla.