La focaccia es una especie de pan plano, cubierto de hierbas y otros productos alimenticios. Se trata de un plato tradicional de la cocina italiana, antecesora de la pizza.
Aunque existen referencias de una receta elaborada a base de harina, queso, huevos y miel utilizada como ofrenda para los dioses en la antigüedad, no fue hasta la Edad Media donde la focaccia tal como la conocemos hoy, comenzó a popularizarse como un sabroso y práctico alimento para abastecer a los estibadores italianos que trabajaban en el puerto de Génova. Para ello se creó una receta sencilla, que fuera fácil de comer, de pan hidratado con aceite de oliva, especies frescas como el romero, aceitunas y otros ingredientes como los tomatillos que se incorporarían más adelante tras el descubrimiento de América en 1492.
La focaccia es una masa húmeda y blanda, que solo necesita una bandeja adecuada y bien engrasada para darle espacio de expandirse por sí misma.
Ingredientes:
500 g de harina de trigo
7 g de levadura seca
10 g de azúcar
10 g de sal
350 g de agua
50 ml de aceite de oliva
Aceitunas y tomate c/n
Hierbas al gusto
Mezclar bien hasta homogeneizar, tapar con un paño y esperar 10-15 minutos.
Comenzar a amasar en el mismo bol o en una superficie engrasada, procurando no agregar más harina.
Humedecer las manos con aceite o con agua y hacer 3 o 4 amasados cortos y reposos de 15-30 minutos.
Cuando la masa esté lisa, elástica y suave, tapar con un paño húmedo o film de cocina dentro de un recipiente engrasado y dejar levar hasta que casi doble su tamaño. No debería tardar más de una hora, pero depende de la levadura, el amasado y la temperatura.
Engrasar con aceite una bandeja rectangular de unos 25x30 cm aproximadamente y unos 3 cm de altura. Echar con suavidad la masa levada y extenderla ligeramente, con la punta de los dedos sin aplastarla, desde el interior hacia las orillas. No tiene que quedar perfecta. Pincelar con aceite y dejar levar 20-30 minutos. Precalentar el horno a 240°C.
Aderezar con los ingredientes deseados, sin sobrecargarla. En este caso tomates picados y aceitunas negras. Finalmente aderezar con otro chorro de aceite y sal gruesa.
Retirar del horno y esperar 5 minutos, desmoldar y dejar enfriar sobre una rejilla.